viernes, 11 de abril de 2014

Desmontando mitos. Hoy: Alejandro Sanz.

Buenas tardes, amigos y amigas del ciberespacio (qué palabra tan 1998!!). Tras un parón de un par de semanas en los que me ha acechado la sequía creativa, he decidido que no podía permitirme 'otro proyecto internetil que abandonar nada más comenzar'.(además de esto, tenía a Mercromina estancada por mi propio vacío de ideas)

Me explico: Comencé con estas ganas de contar cosas al mundo allá por 2006, donde creé un blog de crítica y recomendación musical al que subía enlaces de descarga de discos y los comentaba hasta que la sociedad general de autores me lo denunciaba y me cortaba el link. Agotada de coincidir en el juzgado con Ramoncín y tras una sentencia a su favor que me obligaba a comprarme todos sus discos, decidí abandonarlo y llevar esta afición un paso más allá. Me uní a una asociación cultural que llevaba una web en la que se hacían criticas de discos, crónicas de conciertos y se publicaban noticias sobre música alternativa. La idea estaba bien: conciertos gratis y compartir con la gente todo lo aprendido sobre música. Todo muy bonito en teoría hasta que comienzas y te das cuenta de que hay gente que está escuchando música 30 horas al día y además les sobra tiempo para saberse nombres de componentes, nacionalidades y utiliza frases como: 'Este grupo hacen new-wave pero tienen reminiscencias de nintendocore'. Es entonces cuando te sientes muy pequeñita y te limitas a hacer pequeñas aportaciones muy de vez en cuando, cuando hay conciertos que nadie va a cubrir porque son grupos 'demasiado conocidos'.

Todo este rollo que os he soltado es porque, en estas dos semanas de ausencia de creatividad, no se me había pasado por la cabeza hablar de lo que mejor se me da, hablaros de música. Esta vez sin recomendaciones de ningún tipo, sino destapando y analizando el pasado oscuro de uno de nuestros más grandes artistas patrios: Alejandro Sanz (o como se le llamará en las próximas líneas: Alejandro Magno).

Eran finales de los 80 y todo lo hortera estaba inventado. Las hombreras seguían a la orden del día, los sintetizadores se usaban hasta en la música clásica y la estética Tino Casal era imitada por todo el artisteo. Por aquel entonces, un chaval de origen madrileño con ascendencia andaluza, publicaba su primer disco 'Los chulos son pa' cuidarlos' , bajo el nombre artístico de Alejandro Magno.

La portada es digna de que te explote la cabeza nada más mirarla. La mezcolanza del título, el chalequillo de torero y la margarita con la cara de Acid, nos van anunciando el calibre de bizarrada que podremos disfrutar nada más pulsar el play.

AlejandroMagnoPortada

El tema 'los chulos son pa' cuidarlos fue elegido como primer single. Esto es una manera de hablar, no creo que se extrajera ningún single de este engendro, pero es la que da titulo al disco. Comienza con una música similar a los momentos dramáticos de 'Oliver y Benji' y un alarido al más puro estilo Las Grecas, para luego dedicar un momento romántico con la frase 'A tu vera, a tu vera, a tu vera para ser feliz'.



Muy bien, no seré más cruel analizando uno por uno los temas de este disco, primero porque no lo he escuchado entero porque en ese caso ya no pertenecería al mundo de los vivos (dos canciones seguidas pueden llegar a producir embolias), y segundo porque no merece la pena más que destacar dos frases de lirismo puro que contiente tan codiciado álbum. "Yo no bailo con Tomasa, porque ella baila muy mal, no sabe llevar el ritmo, está muy gorda y es muy pesá" o "Doña Marina, que vive justo al filo de la esquina, es gente fina y tiene unas caderas que alucina

Como última curiosidad, decir que este disco hoy en día está valorado en 600€, aunque vista esta contraportada, todos los euros que pidan me parecen pocos.

AlejandroMagnoContraportada

Sean felices y perdonen las pesadillas que les haya podido causar.

Muy suya.

Efervescente.








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