viernes, 11 de abril de 2014

Desmontando mitos. Hoy: Alejandro Sanz.

Buenas tardes, amigos y amigas del ciberespacio (qué palabra tan 1998!!). Tras un parón de un par de semanas en los que me ha acechado la sequía creativa, he decidido que no podía permitirme 'otro proyecto internetil que abandonar nada más comenzar'.(además de esto, tenía a Mercromina estancada por mi propio vacío de ideas)

Me explico: Comencé con estas ganas de contar cosas al mundo allá por 2006, donde creé un blog de crítica y recomendación musical al que subía enlaces de descarga de discos y los comentaba hasta que la sociedad general de autores me lo denunciaba y me cortaba el link. Agotada de coincidir en el juzgado con Ramoncín y tras una sentencia a su favor que me obligaba a comprarme todos sus discos, decidí abandonarlo y llevar esta afición un paso más allá. Me uní a una asociación cultural que llevaba una web en la que se hacían criticas de discos, crónicas de conciertos y se publicaban noticias sobre música alternativa. La idea estaba bien: conciertos gratis y compartir con la gente todo lo aprendido sobre música. Todo muy bonito en teoría hasta que comienzas y te das cuenta de que hay gente que está escuchando música 30 horas al día y además les sobra tiempo para saberse nombres de componentes, nacionalidades y utiliza frases como: 'Este grupo hacen new-wave pero tienen reminiscencias de nintendocore'. Es entonces cuando te sientes muy pequeñita y te limitas a hacer pequeñas aportaciones muy de vez en cuando, cuando hay conciertos que nadie va a cubrir porque son grupos 'demasiado conocidos'.

Todo este rollo que os he soltado es porque, en estas dos semanas de ausencia de creatividad, no se me había pasado por la cabeza hablar de lo que mejor se me da, hablaros de música. Esta vez sin recomendaciones de ningún tipo, sino destapando y analizando el pasado oscuro de uno de nuestros más grandes artistas patrios: Alejandro Sanz (o como se le llamará en las próximas líneas: Alejandro Magno).

Eran finales de los 80 y todo lo hortera estaba inventado. Las hombreras seguían a la orden del día, los sintetizadores se usaban hasta en la música clásica y la estética Tino Casal era imitada por todo el artisteo. Por aquel entonces, un chaval de origen madrileño con ascendencia andaluza, publicaba su primer disco 'Los chulos son pa' cuidarlos' , bajo el nombre artístico de Alejandro Magno.

La portada es digna de que te explote la cabeza nada más mirarla. La mezcolanza del título, el chalequillo de torero y la margarita con la cara de Acid, nos van anunciando el calibre de bizarrada que podremos disfrutar nada más pulsar el play.

AlejandroMagnoPortada

El tema 'los chulos son pa' cuidarlos fue elegido como primer single. Esto es una manera de hablar, no creo que se extrajera ningún single de este engendro, pero es la que da titulo al disco. Comienza con una música similar a los momentos dramáticos de 'Oliver y Benji' y un alarido al más puro estilo Las Grecas, para luego dedicar un momento romántico con la frase 'A tu vera, a tu vera, a tu vera para ser feliz'.



Muy bien, no seré más cruel analizando uno por uno los temas de este disco, primero porque no lo he escuchado entero porque en ese caso ya no pertenecería al mundo de los vivos (dos canciones seguidas pueden llegar a producir embolias), y segundo porque no merece la pena más que destacar dos frases de lirismo puro que contiente tan codiciado álbum. "Yo no bailo con Tomasa, porque ella baila muy mal, no sabe llevar el ritmo, está muy gorda y es muy pesá" o "Doña Marina, que vive justo al filo de la esquina, es gente fina y tiene unas caderas que alucina

Como última curiosidad, decir que este disco hoy en día está valorado en 600€, aunque vista esta contraportada, todos los euros que pidan me parecen pocos.

AlejandroMagnoContraportada

Sean felices y perdonen las pesadillas que les haya podido causar.

Muy suya.

Efervescente.








lunes, 24 de marzo de 2014

Tenemos que hablar… Te huele el sobaquillo!

A mediados del siglo XIX aproximadamente las autoridades de la época comenzaron una auténtica revolución en favor de la higiene (gracias!!). Las malas condiciones o más bien la ausencia prácticamente total de aseo personal fomentaron gran parte de las enfermedades infecciosas, evitables con un pequeño gesto equiparable al sencillo hecho de lavarse las manos.

A partir de entonces, desde pequeños en teoría nos instruyen para ser personas limpias y aseadas. Lavarnos las manos antes de comer y tras ir al baño, una ducha refrescante por la mañana, etc. Algunos expertos dicen que hemos pasado de un extremo a otro, y actualmente nuestra sociedad es una obsesa de la higiene, cosa que desde mi punto de vista es ampliamente discutible.



Punto primero: la gente no se lava. Los expertos pueden decir misa y argumentar que utilizamos jabón en exceso, que todos somos unos fóbicos de la higiene y que nuestro país es el que tiene la población más limpia de Europa. Esto último no lo discuto porque viajando he descubierto que efectivamente el ducharse todos los días no es una costumbre demasiado extendida, pero están completamente equivocados. Por ejemplo, hay personas que tras hacer deporte y haber sudado no se ducha; ni tan siguiera una pasadita con agua. Esto lo he observado en el gimnasio cuyo vestuario es una fuente muy amplia de datos relativos a este tema. Mujeres que se secan el sudor del pelo con el secador e incluso se repeinan el flequillo con no sé qué intención exactamente pero es asqueroso. Del mismo modo el hábito de ducharse por las noches… pero vamos a ver, ¡que por la noche también se suda! Y aunque no se sude, nuestro cuerpo es un organismo vivo que no frena su producción de fluídos por el simple hecho de que estemos soñando con angelitos. Es muy agradable la ducha de la noche, pero no está de más en esos a los que por la mañana les canta el sobaquillo, que repitan el proceso. Los que compartimos asientos de autobus, puesto de trabajo, o la cola del supermercado os lo agradeceremos.

Punto segundo: Si las personas no se duchan, lo más probable es que tampoco laven su ropa. Sino que alguien me explique cómo una persona puede salir de casa a las ocho de la mañana recién duchado y con el pelo mojado y apestando a sudor rancio de semanas sin lavar. Veamos señores, las camisas y los pantalones también son de dios, y todos sabemos que unos vaqueros sientan mejor tras unos días de uso, pero si no se puede no se puede. No hace falta llevar al pie de la letra el “antes muerta que sencilla” en este ámbito. También puede darse una situación contraria. Una vez tuve una paciente con fobia a los olores químicos que lavaba la ropa con jabón de grasa de cerdo natural… imaginaos. En cualquier caso aquí nuestros famosos expertos también tienen algo que decir y se repiten con lo de que abusamos del jabón. Siempre hay personas dispuestas a reafirmar sus pésimos hábitos basándose en una noticia de la tele absurda como que nos pasamos lavando la ropa. Insisto, esa gente no es de este planeta.

Punto tercero: Nuestros amigos los dientes son esos órganos anatómicos duros que tenemos en la boca y nos ayudan a comer entre muchas otras cosas. Probablemente sea uno de los puntos más olvidados a la hora de hablar de aseo personal. Cuando en una de las películas de Piratas del Caribe el kraken abría la boca para comerse a mi querido Johnny, mi pirata favorito se quejaba del aliento del pulpiño de cientos de cadáveres en descomposición acumulado durante años. Así es el aliento de muchas personas. Me dan ganas de llorar. Si pudiera esperar al bus con una escafandra probablemente no me estaría quejando de esto… pero no sé dónde las venden.

Y como esto, podría hablaros también del uso de litros de colonia y botes de desodorante para enmascarar el mal olor, que a veces es incluso peor que no haberse duchado porque la mezcla es vomitiva… El olor a pies y sudor de los probadores de ropa, esas cabezas de señora que van a la peluquería una vez a la semana y salen a la calle con la coronilla al aire de dormir hasta que les toca volver a la peluquería, las uñas negras de personas que luego dan alegremente la mano sin pensar en la cantidad de gérmenes que nos están pasando, el olor a fritanga acumulado en los pantalones durante tres o cuatro días, o el pestazo a vainilla de los taxis a las 6 de la mañana intentando tapar el olor a tabaco o comida.

Tal vez acabe sea una obsesiva no compulsiva de la higiene personal, pero no me preocupa.


Ánimo con el Lunes.

Mercromina <3


miércoles, 19 de marzo de 2014

Premios día del padre.

Ironías de la vida. El día del padre está dedicado a San José, el cual nadie niega que fuera un santo (y un poco tonto), pero lo que es padre…de esto de 'papá pone la semillita a mamá’, como que tampoco.
Creencias, palomas y espíritus santos aparte, es innegable que San José era un padre peculiar. Tanto como los que hoy, día del padre, se han llevado nuestros premios a ‘padres del año’ atendiendo a diferentes categorías.

Premio polinizador: 
Julio Iglesias

Descendiente de un señor que fue padre a la edad que murió Matusalén, la genética procreadora de este hombre ya apuntaba alto. Con una recua de hijos en los que los sobrinos son mayores que los tíos y los hermanos menores que los nietos. El árbol genealógico de la familia Iglesias debería servir para montar una carpa de conciertos en el que cantaran todos juntos. Las características comunes de todos ellos son una piel morena chamizo y una cantidad de dientes sólo equiparable a la de un pez gato o a Carme Chacón.




Premio shopaholic:
Brad Pitt

Hay gente que se va de viaje y colecciona postales, o imanes de nevera. Brad Pitt conoció a Angelina Jolie en el rodaje de MR and Mrs Smith y se casó con una coleccionista de bebés de diferentes razas, religiones y colores.  El proceso de compra es el siguiente: cuando quieren un niño, Angelina se pone una venda y da vueltas con una chincheta sobre un tablero de Risk. En cuanto la clava, Brad llama a su asistente para que les adquiera unos vuelos a esa ciudad y se acercan al centro comercial de niños más grande del lugar. Eligen uno que no tengan y se lo llevan. Tal como sucedió en la pasada edición de los Oscars.


Premio Billie Jean (but the kid is not my son): 
Manuel Benítez, el Cordobés.

Para ser merecedor de este premio tienes que tener un hijo ilegítimo que tiene tu cara, tu nombre y tu profesión pero que tu no crees ni por asomo que sea tuyo. Además, tienes que tener grabada a fuego en la mente esta conversación:
-Yo no conozco a esa mujer de nada, ese niño no es mío que no se parece nada a mí y solo me quiere quitar los cuartos!
-Pero señor Benítez, esta señora tiene fotos con usted
-Eso el photoshop, no ves que se me ve el reborde blanco este alrededor de la oreja que se nota que es mi cara puesta sobre la de otro señor?.
Y así a repetirlo en bucle alrededor de 30 años.


Premio  a la confraternización
Ortega Cano.

No hay nada más bonito que pasar tiempo con tu hijo y compartir aficiones con el. Ir a ver el fútbol, ir a pescar…o ¿Por qué no? Acabar juntos en la cárcel. ¿Qué papá va borracho en un coche y mata un señor? Voy a atracar un puticlub, que seguro que se sentirá orgulloso de mí. Si compartir casa une, compartir celda es tocar cielo en el mundo del amor paternofilial.


Premio al padre troll:

Las pasadas navidades nos deleitamos con estos videos de padres que les colaban regalos troll a los hijos. No está mal un recordatorio en el día de hoy.

Tengan ustedes un buen ecuador de semana y esperamos que vuestros padres no puedan ser candidatos  a nuestros premios jamás.

Atentamente

Efervescente.

lunes, 17 de marzo de 2014

Grandes mentiras del siglo XXI, vol. 2: clásicos para cortar.

Las personas que me conocen, saben cuál es mi opinión actual acerca de las relaciones de pareja: destinadas a extinguirse. Buscamos personas para ir al cine, a la playa, de camping, a conciertos de grupos infumables a los que nadie más quiere acompañarnos, personas para comer y cenar, visitar museos, fomentar el alcoholismo semanal yendo de vinos, escapadas de fin de semana o incluso para hacer simples recados cotidianos. Mientras la cosa funciona estamos encantados; el problema viene cuando algún miembro de la pareja se salta las reglas o simplemente deja de gustarnos como acompañante. A partir de ese punto de inflexión, lo más probable es que se desencadene una serie de hechos hecatómbicos hasta que efectivamente la relación se rompa.

Hoy quiero hablaros de esto; del aparentemente sencillo hecho de cortar. Y más concretamente de las palabras que utilizamos para hacerlo. Cuatro clásicos que reconoceréis porque o los hemos escuchado al menos una vez en nuestra vida o nos hemos visto obligados a utilizarlos para sacarnos a alguien de encima intentando sin suerte, no provocar una guerra mundial.

En primera posición nos encontramos con una de las excusas más utilizadas y a la par de las menos dolorosas: El clásico necesito un tiempo; pero seamos realistas… ¿Quién coño necesita un tiempo? es más, ¿un tiempo para qué exactamente? Para poder tener sexo con esa otra persona que tanto nos llama sin remordimiento, para intentar que nuestra pareja cambie (lo más solicitado por cierto), para ver si entre tanto conocemos a otro que nos llene más y nos aburra menos… Si queremos cambiar a nuestra pareja no nos llegará con un mes o dos, sino que nos harán falta años de trabajo para resetear el cerebro y moldearlo como nos apetezca. Es trabajo imposible, a la par que éticamente cuestionable, pero son muchos los que lo han intentado. Siempre fracasa. El “tiempo” es la previa a que la relación se termine. Un aviso, un prepara tu mente y ve adaptándote al cambio que antes o después te daré puerta.

No eres tú soy yo: Parece un chiste, pero resulta que esta mentira y de las gordas está en el vocabulario de todos. Se supone que es una forma de decir que la persona a la que se lo están comentado que no ha hecho nada malo, y normalmente el que la dice tampoco es muy explícito con cuál es la causa exactamente. En una situación de infidelidad, por ejemplo, es obvio que el cornudo o la cornuda no han hecho absolutamente nada más que estar allí presente sin enterarse de nada mientras les dejaban. Es un feo la verdad porque como excusa es una chusta, y normalmente es preferible extenderse un pelín y ser algo más… concreto. Creemos que seremos mejores personas diciendo eso que ocultando la verdad. Algunos prefieren que creer a la larga que efectivamente era así pero lo que suele haber detrás de eso sólo es una cosa tan sencilla como ya no siento lo mismo. Duro de decir, duro de escuchar, pero una verdad como un templo.

El te mereces algo mejor es otro clásico entre los clásicos. Suele ir acompañado del “no eres tú, soy yo”. Más de lo mismo con respecto a la anterior. Con suerte irá seguido de una milonga mal inventada, y en el peor de los casos de algo así como quiero cortar porque creo que te mereces algo mejor. Un poco de inventiva chavales.

Y por último y no menos importante y no menos usada es el tipicazo de yo te quiero como amiga; la medalla de oro de las excusas baratas. ¿En serio alguien cree que al día siguiente de estar tranquilamente compartiendo almohada podemos decir una estupidez como esa?, ¿Qué será nuestro mejor amigo o nuestra mejor amiga al que llamaremos para contarle lo que nos ha pasado durante el día? Venga ya… Hasta es una falta de respeto y todo. Es muy buena manera de espantar si es lo que queremos, pero siempre encontramos a pobres incautos que se lo creen. Eres muy guapa, me lo paso genial contigo, pienso en ti a diario blablabla. Otra forma de decir no te quiero, sólo que a veces lo decoramos tanto que da lugar a error, porque si todos los piropos que acompañan a esa construcción gramatical son verdad es que la persona que nos está dejando es realmente gilipollas (aplicable a nosotros mismos por supuesto; si estamos dejando a alguien en quien pensamos a diario deberíamos replantearnos muchas cosas.) En cualquier caso, si hay algo de verdad en eso y realmente queremos a esa persona como un buen amigo o una buena se merece un poco más de esfuerzo mental.


Queridos y queridas, imaginación por favor.

Un saludo y buen Lunes.

Mercromina <3



viernes, 14 de marzo de 2014

El bar. Ese almacén de cosas inútiles

El bar. Ese lugar de encuentro, ese templo de reunión donde se producen los más airados debates, donde se libran auténticas batallas y se imparten las más útiles enseñanzas. El bar, ese lugar tan útil para la vida del ser humano, no sería el mismo si no estuviese lleno de cosas inútiles como las siguientes:

-Las servilletas impermeables: Si fusionamos el tacto del papel  de periódico con el poder hidrófobo del forro de libro nos sale este material del que están fabricadas las servilletas de los bares. Esas que bien dobladas bien podrían servir para llevar a cabo una operación a corazón abierto, y que cuando tienes un tropiezo y tiras la mitad de tu refresco por la mesa del bar, lo único que consigues es que el camarero venga bayeta en mano diciendo ‘Deja que ya lo limpio yo’ mientras quitan una acumulación de veinticinco servilletas que flotan en un charco de coca-cola. Sin embargo, son muy útiles para dejar ahí los huesos de aceituna o los palillos usados y para doblarlas de forma que se pueda leer ‘gracias puta’ haciendo alarde de nuestra madurez.

-Los secadores de manos que no secan. Hay dos variantes de estos secadores: Los que detectan las manos cuando las ponen debajo y los que hay que dar a un pulsador para que se accionen. Independientemente del mecanismo, el resultado es igualmente desastroso. Aire caliente que medio te quema las manos medio arrastra el agua restante al resto del brazo para que al final desistas y acabes secándote las manos a los pantalones. El fin justifica los medios y el fin de este invento era no gastar en papel, con lo que las cosas están siendo bien hechas.
                *Existe una variante que consiste en una especie de toalla enrrollada en un soporte similar a los de aire. Una soberana guarrada de la que me niego a hablar.

-La mantequilla que no se unta: Sí, me refiero a esos cubitos de mantequilla con la consistencia de un queso de barra, que, cuando has conseguido rebanarla en microlonchas que has colocado meticulosamente durante 15 minutos a lo largo de toda tu tostada, el pan está tan frio que ya no se derrite y ya no vale para nada.

-Los cuchillos que no cortan: Son esos cuchillos que lo máximo que pueden cortar son esa mantequilla de la que hablé antes, y que son mal llamados cuchillos de untar porque, como también hemos dicho, esa mantequilla no se unta. Tratar de cortar algo con estos cuchillos supone acabar apuñalando la comida para poder llevárnosla a la boca.


-Los azucarillos alargados: Unos grandes perdedores. Inventados para abrirse por la mitad y echar su contenido limpiamente en la taza, casi todo el mundo opta por abrirlos del modo que se abren los azucarillos convencionales, bien porque no lo quiere consumir entero o bien porque igual no es tan intuitivo que estén hechos así más que por algo meramente estético, querido señor que los inventó. Hay leyendas urbanas que cuentan que su inventor se suicidó tras este fracaso. No me extraña.

-La botella de Zoco recién llegada del paleozoico. La botella de Zoco es como los balones Nivea, el medio limón reseco de la nevera o Jordi Hurtado: no la echarías de menos pero lleva ahí presente toda tu vida. Un bar sin una botella de Zoco al borde de la caducidad en algún lugar de la barra, no es un bar, es una iglesia. Si el bar es genuino tendrá además varias barajas de Zoco con sus tapetes, todas ellas incompletas.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Resaca moralista: Razones por las cuales no emocionarse con las copas.

Recientemente he conocido a una mujer sabia. Es algo así como la Sócrates de la vida moderna; inteligente, atractiva, trabajadora… ¡un chollo vamos! y de ella he aprendido que los sentimientos de culpa y arrepentimiento que acompañan al tradicional dolor de cabeza dominguero, falta de hidratación y necesidad de comida hipercalórica, tienen un nombre: resaca moralista.

Por si no os queda muy claro, os pondré algún que otro ejemplo bastante común. De hecho lo más probable es que os reconozcáis en alguno de ellos, entre otras cosas porque en su momento Facebook se llenó de grupos y “megustas” que referenciaban las ideas nocturnas brillantes. Estoy segura de que tras este post, os quedará clarísimo lo que mi querida filósofa quiere decir con el término.


El error más común de los comunes, y cada vez más habitual gracias a las aplicaciones de mensajería instantánea, es el escribir eso que no nos hemos atrevido a decir de tú a tú, o que simplemente no hemos podido decirlo ni por Whatsapp a la luz del día, pero gracias al alcohol y pensando que somos los dioses de la palabra y la retórica, escribimos. A veces hasta llegamos a tener auténticas conversaciones donde con suerte los dedos serán muñones y las palabras tendrán veinte consonantes y dos vocales. Cuando no es así, cuando todavía se puede entender algo, lo mejor que puede pasar es que el móvil con su aplicación, se caiga en un wáter público y toda esa información muera para no poder recordarla al día siguiente.

Consultar los últimos movimientos y saldo de la cuenta y echarse las manos a la cabeza. No hace falta que explique mucho, pero normalmente la relación saldo – borrachera suele ser inversamente proporcional. Para los que no estéis familiarizados con las proporciones, Wikipedia os lo explica sin problema porque las matemáticas no son precisamente mi fuerte, pero en palabras simples, cuanto menos dinero tengamos en la cuenta, más dura será la resaca en todos los sentidos.

Otro error, aunque tal vez menos común, es el de enrollarse con desconocidos o en su defecto poco conocidos y creerse Nadia Comaneci en su época dorada. Dicho así parece un puntazo, pero el problema viene cuando de repente empezamos a ver a esa persona en el supermercado, compañera del nuevo curso de cocina al que te has apuntado, en una heladería, en la playa, en un museo, o es el “amigo de” al que nos querían presentar ahora innecesariamente. En principio esto tampoco debería suponer ningún problema, siempre y cuando el alcohol haya hecho efecto borrando un buen número de conexiones neuronales o provoque un fallo de memoria a corto y largo plazo. Benditas lagunas.

Y ya para terminar y desearos un buen finde a golpe de Miércoles por la mañana, tenemos a nuestros amigos. Esos seres adorables que siempre tienen aportes gráficos de los peores momentos de nuestra vida y sacarlos a relucir desde primera hora de la mañana. No hay nada como verse/escucharse destrozando una canción en un karaoke, colgado de un alféizar de una ventana sobre un escaparate de una juguetería , cayéndose de un triciclo, resbalando con una tabla por unas escaleras como si fuera invierno y estuviésemos con un trineo en Vaqueira Beret… Cada uno tendrá las suyas.


Hay mil formas de vivir la mañana después, pero hay experiencias que es mejor no recordar.


Pasen ustedes un buen Miércoles.


Mercromina <3

lunes, 10 de marzo de 2014

Encontrar trabajo: Cómo hacer el currículum idóneo.

Pongámonos en situación: Acabas de salir de la carrera, o acabas de terminar unas prácticas mal pagadas en una empresa, o has tenido una beca, o has vuelto de Erasmus…y ahora qué? Es hora de actualizar tu currículum, anotarte a ofertas de trabajo e ir a entrevistas orquestadas por directores de recursos humanos que son en realidad torturadores frustrados que cuentan con una imaginación desbordante. Eres una ovejilla en una manada de lobos, y nosotras estamos aquí para darte unos consejos para que salgas victorioso/a de esta búsqueda.

Hoy hablaremos del primer paso de todos: el currículum. Ante todo tiene que llamar la atención, ya que las empresas reciben cientos de currículums por semana y de alguna manera tienes que destacar. Para eso es importante saber si lo enviarás impreso o por e-mail. En caso de enviarlo impreso, utiliza un medio poco común. Por ejemplo, puedes enviar tu currículum mediante paloma mensajera o si la ciudad es de costa, metido en una botella. El romanticismo que estos medios implican sorprenderán a todo el que lo reciba y te llamarán al momento. Hay que destacar que este es un método efectivo en resultados pero quizá para cuando te llamen tú ya hayas cambiado de teléfono y estés en Londres trabajando en un Pret a Manger.

Entonces, si prefieres que te llamen a tiempo, puedes mandar tu CV por correo. Para destacar en esto puedes optar por hacer un curriculum con un diseño llamativo con colores, figuras de papiroflexia y una distribución original, o puedes optar por algo que les lleve a él directamente como por ejemplo, restregarle al papel un diente de ajo. El olor les llevará a él como la droga lleva a los perros en los aeropuertos. Éxito asegurado.

Yo, sin embargo, prefiero ser menos tradicional y opto siempre por el e-mail, aunque en cierto modo sea algo más frío, las tecnologías nos dan muchas opciones para hacer nuestra carta de presentación lo más impactante que se nos ocurra, y ya hay numerosas webs de trabajo que recomiendan que hagas tu currículum en vídeo. Yo para mi búsqueda actual convencí a todos los de mi antigüa empresa para hacer un flashmob en la oficina antes de marcharme. Ver al gerente disfrazado de Lady Gaga narrando mis virtudes fue algo que me tendrá traumatizada de por vida, pero todo sea por encontrar mi trabajo soñado.

Una vez hayas decidido la manera de enviarlo, llega el contenido. Jamás mientas. O mejor dicho, jamás mientas en cosas que te puedan pillar. Es decir, si pones idiomas, no digas que tienes inglés, francés o alemán nivel nativo, porque te pueden cazar tan pronto como te empiecen a hablar esos idiomas. Si quieres hablar sobre tu dominio de otras lenguas, puedes decir que sabes bengalí, lituano o punjabi. A partir de esto tienes dos aliados: Wikipedia y google translate. La primera para inventarte una historia apasionante acerca de como aprendiste ese idioma (date cuenta de que si esa historia implica un trabajo, podrás rellenar también experiencia profesional), y la segunda para escuchar la entonación de ese idioma y poder inventártelo con un poco de rigor. Mentirosos, sí, pero ante todo bien documentados.

Por último, algo que valoran mucho las empresas es que seas versátil y creativo. Vamos, que sirvas tanto para un roto como para un descosido y que además lo hagas de manera ingeniosa. Para que esto quede plasmado sin necesidad de poner un montón de trabajos dispares que harán pensar que no sabes lo que quieres, puedes optar por alguna profesión que englobe todas esas cualidades, como por ejemplo se me ocurre ahora mismo: cantante de orquesta. Porque cualquier empresa querría tener en su plantilla una persona tan versátil que sea capaz de cantar tanto Juan Magan como AC/DC y que sea tan creativa como para llevar ropa que podría ser sacada del armario del mismísimo Tino Casal e inventarse pasos que parecen acrobacias mortales.

Si elijes esta profesión como experiencia profesional, estúdiate vídeos de David Bisbal, es posible que cuando te llamen para la entrevista, se esperen que aparezcas por la puerta haciendo torbellinos dignos del demonio de Tasmania.

De las entrevistas ya hablaremos otro día, que hay tema para rato.

Espero que os sean útiles estos consejos.

Muy suya

Efervescente

viernes, 7 de marzo de 2014

Tierra trágame: Situaciones evitables por el bien de nuestra vida social.

¿Alguna vez os habéis visto envueltos en una situación bochornosa por hacer un comentario inoportuno? Yo sí. De hecho también he experimentado lo que es cambiar de color al puro estilo camaleón pasando del blanco cadáver (sé que las mujeres tenemos una escala de colores más amplia, pero creo que todos nos podemos hacer una idea de cuál es este tono exactamente) al rojo tomate, granate y violeta; bradricardias y taquicardias en un espacio temporal objetivamente corto para semejante actividad cardíaca y brotes de sudoración propios de un adicto al crack en pleno ataque de mono.

Con la edad, parece que se nos ha olvidado realizar ese gesto estúpido que nos enseñaban en el cole de cerrar la boca con una llave imaginaria y tirarla a las profundidades de algún agujero negro perdido por la estratosfera que curiosamente pase por allí en ese momento. Gracias al trabajo, estoy redescubriendo el significado de la expresión meter la pata hasta el fondo. Todos lo hacemos (y no es un consuelo), es parte del ser humano de hecho, pero en ciertas ocasiones antes de abrir la bocaza o en su defecto ejecutar algún tipo de acción precipitada, es muchísimo más inteligente permanecer en silencio, contar hasta veinte, cantar el baby one more time con baile y todo, y si el espacio y normativa sanitaria nos lo permiten, fumar un par de pitillos. De lo contrario, es probable que nos espere una concatenación de desgracias que es preferible no descubrir.



1. Nunca y bajo ningún concepto llaméis a ninguna persona pasadita de peso budita, King África o figura de Botero. Las razones sobran. Sobre todo cuando vivimos en una ciudad relativamente pequeña donde nos podemos encontrar a dicho sujeto en el gimnasio, tomando unas copichuelas o en la sección de carnicería del supermercado, atendiendo claro y un machete en la mano.

2. Cuando por alguna circunstancia hay que saber la edad de una mujer, como por ejemplo si es una pacienta/clienta y es estricta y puramente necesario por cuestiones laborales puede pasar lo siguiente:
- Por favor dígame su edad.
- ¿Cuántos crees que tengo?
¡Esta pregunta es trampa! Alguna se cree que teniendo 45 puede aparentar 30, y es cierto en un 2% de la población más o menos, pero es que en otros casos es fisiológicamente imposible. Si os pasa, por experiencia, aunque tengáis ante vosotros una señora enfundada en un vestido de lycra y leopardo, unos taconazos, un cabello rubio oxigenado, botox en los labios y baje y levante las cejas en una especie de Tourette repitiendo cuántos cuántos cuántos sin cesar, restad diez años de la edad que estéis pensando... y a veces no es suficiente. Puede convertirse en el Diablo de Tazmania si la respuesta a su pregunta no le satisface

3. Cuando tengáis al otro lado del teléfono a un plasta que no atiende a razones, antes de ponerlo en espera para desahogarnos preguntando si tiene un CI de dos cifras, lleva un palo incrustado por algún sitio, ha desayunado All-Bran o lleva tantos años sin relaciones sexuales que se le ha reconstruído su virginidad, aseguraos de que le dais correctamente al botón de llamada en espera. Podéis perder a un cliente.

4. En todos los grupos de amigos hay algunos que nos caen mejor y otros que nos caen peor. Si una situación extrema nos lleva a alertar inmediatamente al resto vía whatsapp de que no debemos hacer comentarios despectivos en un ratito, lo mejor es cambiar el método de comunicación; sobre todo si no teníais intención ninguna de que el susodicho o susodicha se enterase del percal.

5. Volviendo al primer punto, si alguna vez veis a alguna mujer a la que hacía un par de años que no veíais y parece que está embarazada, antes de darle la enhorabuena, tocarle la barriga, preguntar si es niño o niña y cuando sale de cuentas, es muchísimo mejor asegurarse de que la fémina en cuestión está de verdad en estado de buena esperanza y no se ha convertido en accionista de McDonalds. 

6. Por último y no menos importante (mujeres), si alguna vez llamáis a vuestra pareja y os responde una voz jovial y alegre (y no es porque a vuestro novio o marido se haya sometido a una operación de cambio de sexo) intentad mantener la calma. Los brotes psicóticos son muy interesantes pero a veces es mejor colgar y volver a llamar a ver qué sucede.  Me ha pasado. Hace unos años estaba tranquilamente en la playa cuando sonó mi teléfono. Ansiosa porque el número desconocido fuera de alguna empresa a la que había enviado el CV y se apiadaban de mi inexperiencia, respondí, y al otro lado apareció una loca (porque no hay otra palabra para definirlo) que me amenazó con cortarme cosas, agarrarme cosas, tirarme de cosas y matarme si no dejaba en paz a su marido. Simplemente se había confundido de número, pero no debió de contemplar esa opción. Tuve miedo.



      Queridos y queridas, os deseo a todos un (por fín) soleado fin de semana.
 
      Mercromina <3








miércoles, 5 de marzo de 2014

Las siete plagas contemporáneas (y alguna predicción apocalíptica)

La Biblia, el libro de los libros, tiene un montón de enseñanzas útiles, tales como el tema de que los cuernos no sientan tan mal si son obra del espíritu santo, que matar niños porque piensas que te van a robar el trono es completamente lícito, y que el oro, el incienso y la mirra (¿Qué leches es la mirra?) son regalos perfectos para un niño recién nacido.

Pero además de esta retahíla de milagros, hay una parte muy interesante de la biblia que nos ilustra sobre la historia del pueblo egipcio, y como un dios con muy mala leche se dedicaba a putearlos desde las alturas. 

Además de tenerles de peregrinación por el desierto y de aparecer en zarzas ardiendo a más de un incauto, Yahvé, que sin cargas familiares se aburría muchísimo, decidió mandar una serie de plagas al pueblo mientras lo tenía sometido, tales como ranas, agua convertida en sangre (mucho más majo su hijo, que al menos la convertía en vino) o moscas y piojos.

Pues bien, yo creo que ya lleva unos cuantos años aburrido y como se ha convertido en un viejo cascarrabias, el altísimo ha vuelto a pensar qué plagas podría mandarnos a estas alturas de la vida, cuando nos sabemos todas y cuando ya no somos un pueblito, sino una aldea globalizada (me ha quedado muy Unicef esto), y estas son las  plagas que nos ha enviado:

1. Las ciclogénesis: Hace años un temporal era un temporal, lloviera un poco o te llevara por los aires el tejado de tu casa, la mesa de la terraza y a tu vecino (pobre Alfonso, cómo lo echamos de menos…). Pero de un tiempo a esta parte, todo son ciclogénesis que tienen unos nombres que bien podrían ser sacados de las páginas de contacto de cualquier periódico.

2. Las ego-bloggers: El perfil es el siguiente: Chica mona(o en su defecto, que siempre salga mirando hacia abajo o con gafas de sol enormes), con un novio santo poseedor de una réflex, fan de comprar ropa que sólo se pone para las fotos porque no sería capaz de salir así a la calle, y amante de fotografiar platos ingentes de comida acompañados de términos como #food #yummy #brunch que jamás pretende comerse, no vaya a ser que engorde. Todas se ven diferentes, pero es una plaga similar a ‘Las guerras clon’.




3. Cupcakes: Mucha gente dirá que no vaya de moderna y que no llame ‘cupcake’ a una magdalena de toda la vida. Me parece bastante insultante no saber la diferencia, ya que si le das un cupcake a tu abuela, por mucho que tenga erigido un templo budista con buda incluido en su cima, ella te dirá que jamás se juega con la comida y que por muy bonito que sea, sabe a pura azúcar y que si quieres dedicarte al arte, pintes cuadros.

4. Los bazares chinos: Como hemos dicho, Dios se ha adaptado a los tiempos que corren y si antes la frase era ‘Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana’ ahora podríamos decir que ‘Donde se cierra un supermercado, un bazar chino se abre’. Inmensos locales que son una tienda de ropa, peluquería, droguería y ferretería, todo a la vez, todo muy junto y todo con un chino persiguiéndote todo el rato recolocando las cosas que ya están colocadas. Hay que tener especial cuidado que en una de esas no te secuestren y te roben los órganos, que eso es a lo que se dedican los chinos en los bazares en realidad, que lo leí en un e-mail en cadena que recibí hace unos años.

5. Las tiendas de compro ORO: ‘La crisis’, diréis. La crisis podía habernos llenado la calle de cash converters o mercadillos en garajes ‘American style’, pero no. Aquí alguien con mucho ojo comercial ha tomado a pies juntillas eso de que ‘hemos vivido por encima de nuestras posibilidades’ y ha debido de pensar que tenemos en nuestra casa tanto oro como MA Barracus lleva en su cuello. Ver negocio tras esta conclusión es algo más que obvio.

6. El cigarrillo electrónico: A medida de que los letreros amarillo pollo de las tiendas de ‘compro oro’ se iban descolgando, muchos d estos locales se iban cubriendo de neones violetas, que como todo el mundo sabe, son lo más futurista que existe. A medio camino entre una tienda de Apple y un videoclip de un eurovisivo grupo sueco, vimos aflorar en nuestras calles numerosas tiendas de un objeto innovador: el cigarrillo electrónico. Podéis ir haciendo apuestas de qué va a ser lo que las sustituirá en un par de meses.

7. El Gin-Tonic: Nos dicen hace 5 años que el gintonic iba a poder masticarse y no nos lo creemos. Lo que en su día fue la bebida estrella de la 'cincuentona borracha' hoy es la bebida de moda. Combinaciones imposibles, macedonias dentro de copas de mil formas, colores y sabores y cartas de ginebras premium se sirven en bares con estética similar a las tiendas de venta de cigarrillos electrónicos (quizá sustituirán todas por sitios de copas?). 

Lo que está por llegar:

Los cronuts: Esto todavía no ha llegado, pero llegará, porque es lo más guay de Manhattan y lo más guay de Manhattan siempre se extiende (si no que alguien venga a explicarme a santo de qué, comenzaron a vender faldas tutú a partir de que Sarah J Parker trotara con ellas por la quinta avenida). Dicen que es un invento del recopetín que fusiona el donuts y el croissant. Yo he visto una descripción y una foto y creo que llevan existiendo toda la vida, pero no les llamábamos  cronuts, se llaman rosquillas Cristalero y las podéis encontrar en cualquier feria. Sin colas y en paquetes de varios.

Sólo espero que sobrevivamos a todas ellas.

Muy suya.

Efervescente.