miércoles, 5 de febrero de 2014

El destape del bondage.

A día de hoy puedo decir que me considero una mujer joven, moderna, cuasi independiente y amante de los pequeños placeres de la vida. Esos como disfrutar de un buen vino, viajes, o comidas exóticas.

Según la biblia del saber de los saberes, también llamada Wikipedia, el placer se define como una sensación o sentimiento positivo, agradable o eufórico que en su forma natural se manifiesta cuando un individuo consciente satisface plenamente alguna necesidad. Como tal, las necesidades son completamente subjetivas, a pesar de que Maslow tratase de objetivarlas y categorizarlas en su famosa pirámide tan usada desde su creación hasta la actualidad en múltiples campos. Lo cierto es que en el mundo occidental las tenemos prácticamente cubiertas desde que nacemos, o en su defecto obviamos ciertos peldaños intermedios para centrarnos en otros superiores y probablemente más banales.

Hilando un poco más fino y centrándome en un placer más que en una necesidad, mientras esta mañana echaba un ojo a la prensa online, perspectiva meteorológica del día y redes sociales, me atraganté con el zumo cuando vi como un blog famoso, de una chica famosa, que se rodea de gente todavía más famosa, decidía introducir un elemento al puro estilo bondage en su atuendo. Si os estáis imaginando una mujer con facciones duras, excesivamente maquillada, con mucho cuero, mucho látex, mucho de todo y tacones como para esguinzarse un tobillo, os recomiendo que borréis esa imagen de vuestra cabeza.

Para los que no hayáis leído la novela pornoerótica por excelencia del pasado año 2012, no frecuentéis esa sección porno en internet o para los simplemente que no sepáis lo que es el bondage, os comento a grandes rasgos que es una práctica sexual que últimamente parece estar muy de moda y a la imagen de hoy me remito, donde una de las personas es atada, amordazada y se la priva del sentido de la visión. Es un tabú entre tabúes y me sorprende que las firmas de ropa lo incluyan en sus básicos “in” así. De hecho sondeando un poco a conocidos las opiniones son diversas pero sucede algo parecido como con la masturbación femenina, diversas prácticas sexuales que trascienden la línea de lo romántico o votar al PP: “Yo no pero…, a mi eso no me va pero…” peros, peros, peros.

Según mi forma de ver las cosas es un estilo de vida muy respetable que puede llegar a rozar la psicopatología en casos extremos e incluso servir como excusa para ventilarse a alguna pareja coñazo sin levantar demasiadas sospechas. El año pasado hubo varias noticias donde relataban como a diversas parejas en el mundo occidental se les había ido la mano con el juego y resultado final no había sido precisamente favorecedor para uno de ellos; no soy nadie para juzgar las fantasías de cada uno pero sí el hecho de que próximamente nos quieran vender arneses como el nuevo complemento de la temporada.

¿En qué momento exactamente a alguien se le ocurrió que ponerse un arnés de cuero con argollas metálicas podía ser introducido en las tiendas como una minifalda? Mis conocimientos hasta ahora me llevaban a pensar que era una forma de vida, y desde luego no pega en absoluto con un abrigo de pelo blanco de aspecto suave como un osito y un bolso de Prada. Puede que esté “demodé” pero me parece algo a estudiar, amén de una falta de respeto equiparable a acudir a una playa nudista en bikini y observar los cuerpos desnudos del resto de asistentes.
Si alguien puede explicármelo, lo agradezco.



Un saludo y buen miércoles.


Mercromina <3



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