A día de hoy puedo decir que me
considero una mujer joven, moderna, cuasi independiente y amante de los
pequeños placeres de la vida. Esos como disfrutar de un buen vino, viajes, o
comidas exóticas.
Según la biblia del saber de los
saberes, también llamada Wikipedia, el placer se define como una sensación o
sentimiento positivo, agradable o eufórico que en su forma natural se
manifiesta cuando un individuo consciente satisface plenamente alguna necesidad.
Como tal, las necesidades son completamente subjetivas, a pesar de que Maslow
tratase de objetivarlas y categorizarlas en su famosa pirámide tan usada desde
su creación hasta la actualidad en múltiples campos. Lo cierto es que en el
mundo occidental las tenemos prácticamente cubiertas desde que nacemos, o en su
defecto obviamos ciertos peldaños intermedios para centrarnos en otros
superiores y probablemente más banales.
Hilando un poco más fino y centrándome
en un placer más que en una necesidad, mientras esta mañana echaba un ojo a la
prensa online, perspectiva meteorológica del día y redes sociales, me atraganté
con el zumo cuando vi como un blog famoso, de una chica famosa, que se rodea de
gente todavía más famosa, decidía introducir un elemento al puro estilo bondage
en su atuendo. Si os estáis imaginando una mujer con facciones duras,
excesivamente maquillada, con mucho cuero, mucho látex, mucho de todo y tacones
como para esguinzarse un tobillo, os recomiendo que borréis esa imagen de
vuestra cabeza.
Para los que no hayáis leído la
novela pornoerótica por excelencia del pasado año 2012, no frecuentéis esa
sección porno en internet o para los simplemente que no sepáis lo que es el
bondage, os comento a grandes rasgos que es una práctica sexual que últimamente
parece estar muy de moda y a la imagen de hoy me remito, donde una de las
personas es atada, amordazada y se la priva del sentido de la visión. Es un
tabú entre tabúes y me sorprende que las firmas de ropa lo incluyan en sus
básicos “in” así. De hecho sondeando un poco a conocidos las opiniones son
diversas pero sucede algo parecido como con la masturbación femenina, diversas
prácticas sexuales que trascienden la línea de lo romántico o votar al PP: “Yo
no pero…, a mi eso no me va pero…” peros, peros, peros.
Según mi forma de ver las cosas
es un estilo de vida muy respetable que puede llegar a rozar la psicopatología en
casos extremos e incluso servir como excusa para ventilarse a alguna pareja
coñazo sin levantar demasiadas sospechas. El año pasado hubo varias noticias
donde relataban como a diversas parejas en el mundo occidental se les había ido
la mano con el juego y resultado final no había sido precisamente favorecedor
para uno de ellos; no soy nadie para juzgar las fantasías de cada uno pero sí
el hecho de que próximamente nos quieran vender arneses como el nuevo
complemento de la temporada.
¿En qué momento exactamente a
alguien se le ocurrió que ponerse un arnés de cuero con argollas metálicas
podía ser introducido en las tiendas como una minifalda? Mis conocimientos
hasta ahora me llevaban a pensar que era una forma de vida, y desde luego no
pega en absoluto con un abrigo de pelo blanco de aspecto suave como un osito y
un bolso de Prada. Puede que esté “demodé” pero me parece algo a estudiar, amén
de una falta de respeto equiparable a acudir a una playa nudista en bikini y
observar los cuerpos desnudos del resto de asistentes.
Si alguien puede explicármelo, lo
agradezco.
Un saludo y buen miércoles.
Mercromina <3
No hay comentarios:
Publicar un comentario