lunes, 10 de febrero de 2014

El Síndrome del Señor

En el mundo existen diferentes clases de amigas:

Están las fresitas a las que quieres mucho porque viven en un mundo piruleta y estar con ellas es como una sobredosis de azúcar que anima a cualquiera, todo son buenas palabras, mensajes de whatsapp mañaneros que dan ganas de llamar a Mr. Wonderful para que las contraten, y son tan abrazables que sería un placer que las vendieran de cuatro en cuatro.


Después están las amigas torbellino;  no paran quietas, son ministras como mínimo y para poder quedar con ellas es necesario que se alineen los planetas y un meteorito amenace la tierra, y aun así es difícil. Las adoras porque a pesar de verlas poco, quedar con ellas es un auténtico placer y un café mañanero de veinte minutos puede ser mejor que semanas de terapia. 

Las amigas tipo españoles por el mundo a las que siempre echamos de menos porque a veces necesitas un hombro y están a miles de kilómetros, con océanos por el medio, con diferencias horarias insalvables y una tarifa telefónica de euros el minuto que nuestro precario sueldo no puede permitirse ni siquiera en una emergencia; una putada porque hay que cuadrar agendas para hacer una llamada Facetime o Skype y a veces el brote psicótico ya ha pasado y tiene menos gracia.

Y por último están las sabias, doctoras en el saber de la vida. Las que sientan cátedra con sus dichos, las que siempre se enteran de todo antes que nadie, las que ya hacían pis en el baño mientras el resto usábamos pañales. Esas a las que les comentas una jugada y te dicen “lo sabía, porque hace ocho meses cuando …”
Una de esas amigas sabias a la cual adoro y conozco desde hace unos veinte años, es muy fan de clasificar al género masculino basándose en síndromes, y el que más me gusta es el del señor. Sería mucho mejor que os ilustrase ella con toda esa sabiduría, pero dadas las circunstancias y con su permiso (querida, la ocasión lo requiere) voy a explicaros en qué consiste el diagnóstico.

Un Síndrome del Señor es ese sujeto del género masculino al que hemos visto crecer; o no. Fue un niño guapo, inteligente, partía la pana en clase porque tenía ese puntito rebelde mezclado con una pulcrísima educación. Ese niño que estaría en el Top 10 de los hombres de tu vida si no fuera porque en algún momento has sido víctima de su encanto o has visto como alguna de tus adoradas amigas lo fue.

¿Cuál es su sintomatología?

A.Comportamientos inapropiados para con el género femenino como mínimo tres años.
B. Comienzo de estos comportamientos en la adolescencia y mantenimiento hasta la vida adulta.
C. Creen que son muy buenas personas, muy buenos amigos, muy buenos en todo.

1. Entradas o calvicie exagerada para la edad cronológica del sujeto.
2. Curva de la felicidad tradicionalmente conocida como  barriga cervecera.
3. Sintomatología aparentemente depresiva con ojos hundidos y cara lánguida digna de un depresivo suicida a punto de cortarse las venas.
4. Sensación de falta de ubicación en el mundo, insatisfacción, comportamiento reactivo, ataraxia o anhedonia (No necesariamente todo al mismo tiempo.)

D. Para su diagnóstico deben cumplirse los criterios A, B y C, y alguno de los síntomas posteriores.
E. No se ve comprometido el desarrollo de sus actividades diarias, relaciones sociales o laborales.
F. Los criterios y síntomatología anterior no se debe a enfermedad física grave o ingesta de sustancias.


Disfruten ustedes de este Lunes feminazi; un saludo y buenos días!

Mercromina <3

















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